martes, 15 de abril de 2014

Cuatro días y una noche de experiencia.

Cuatro días y una noche de experiencia.

Medellín una ciudad culta y cruda.
En un día caluroso hicimos parada en Medellín, allí conocimos dos canales, un periódico y muchos lugares y medios de transporte que posee esta ciudad. Nuestro primer destino fue Teleantioquia, donde una joven nos recibió, quien era practicante de Comunicación Social. Ella guío nuestro recorrido por el canal, nos mostró la sala de masterización donde se encuentra toda la parte técnica y desde donde se producen las órdenes para que se lleve a cabo el producto, el cual se presenta en un salón en donde se encuentran los presentadores, la escenografía previamente hecha, tres cámaras y tres camarógrafos, asistentes de cámara y quien dirige a través de las órdenes que se envían desde el master.
Una vez que salimos de allí, observamos la estructura de este canal, la arquitectura de los edificios y la ambientación, la cual el agua da mucha tranquilidad y estilo a este lugar.
 






En la tarde de ese mismo día, visitamos el parque Explora, en éste disfrutamos bastante, habían juegos y tres salas; una de animales, otra que trataba sobre la mente, y otra de atreverse, aprendimos la importancia de tener equilibrio y de cuan poderosa es nuestra mente, conocimos variedad de animales, como serpientes, ranas, ratones, peces, entre otros. Y los juegos ayudaron a comprender la mente, cómo puede parecernos algo sin que lo sea, solo porque así la mente lo prefiere.  Culminando el día, hice una pequeña reflexión, de lo que hay en el mundo que enseña tanto, como la naturaleza esa conexión que genera sin importar qué lugar sea, lo que ocurrió en el canal con los arbustos y el agua y en el parque explora cómo la mente humana y los animales son tan poderosos y misteriosos.
Al día siguiente visitamos el periódico el colombiano, allí nos mostraron el lugar y nos contaron brevemente la historia de la prensa escrita, por qué se llama el Colombiano, se llama así por las guerra de los mi días en Bogotá, pero desapareció y luego se retomó en Medellín por cuestiones de identidad. Además nos hablaron de la maquinaria. En este lugar se encuentran las maquinarias respectivas para la impresión de El Colombiano y de Q’ hubo, la del el Colombiano es traída de Alemania y es una máquina la cual permite que la tinta no se corra. El papel es traído de otros países entre esos está Chile, este papel es flexible, pues se estira y no se rompe. También nos contaron el porqué de la palabra ‘prensa’, prensa escrita, boletín de prensa, rueda de prensa y es por la forma como se le dice a la manera  de hacer el periódico, prensado.
En este lugar nos enseñaron su historia,   ---su pasado---, como está conformado, ----su presente---, y su futuro aún no lo tocan. En un periódico como en un canal están las dos partes quienes escriben y quienes hacen que estos escritos se plasmen en el papel y se produzca cuantas veces se quiera.
En la tarde nos subimos al famoso metro y recorrimos tres estaciones San Antonio, Estrella e Itagüí. Ese medio de transporte es espléndido y debería implementarse en todas las ciudades grandes de Colombia, es rápido, seguro, cómodo y bonito. También montamos en metro cable y vimos la cruda realidad de Medellín desde lo alto, observamos unas casas muy pobres donde los techos son de lámina oxidada, los niños tienen vestidos denigrantes, es un panorama triste, la espléndida ciudad se redujo a eso en contados minutos.  
Al otro día, ya el último fuimos a teleMedellín, este canal comparte las instalaciones con el edificio de transportes. Conocimos la parte de edición, el editor, un periodista deportivo, el estudio y nos contaron que la mayoría de los programas son transmitidos en varias partes de la ciudad y no tanto  dentro del estudio. Fue buena experiencia conocerlo ya que como dice el profesor Patiño uno puede saber que algo es bueno con relación a… esta vez la relación fue entre estos dos canales. En producto no sé, pero en instalaciones y herramientas de trabajo está un poco más alto teleantioquia.
Salimos de ese lugar y en la tarde conocimos otra parte poco agradable de Medellín que es llamado ‘el hueco’ allí se ve mucho vendedor ambulante, indigentes, ladrones y su arquitectura es gris y parca, realmente lo único bueno cerca a ‘el hueco’ fue el parque de Botero, todas esas esculturas que reflejan la belleza de la mujer y el hombre obeso, con diferentes posiciones y estilos.

 







A punto de finalizar visitamos el pueblito paisa, es un pueblo agradable, pero su mirador es hermoso, es impresionante esa vista que hay. Este fue un lugar que se prestó para buenas fotografías y para otros, buenas reflexiones de vida. Debo decir que fue un viaje con mucho contenido, bastante conocimiento y alegría vivida.
Por último el lugar dentro de la lista a conocer fue el peñol, un lugar mágico y totalmente encantador, engancha desde que vas llegando, enamora esa piedra en forma de domo y que al subirla te conquista, parte de la naturaleza tenía que ser. En compañía de Ernesto subimos aproximadamente 700 escaleras para poder observar plenamente un paisaje que maravilla ante cualquier ojo.
Siguiendo el camino hacia Tunja, paramos en La Dorada a petición de Mossert  nuestro compañero más veterano y a quien de cariño le pusieron ‘el abuelo’ casi que asfixiado pidió que hiciéramos una parada para comprar agua, de hecho todos estábamos sofocados al borde de la desesperación, el calor era impresionante tanto que uno a uno empezó a quitarse la camiseta, lo más impresionante fue el costo de las bolsas de agua pues cada una valía $100 acostumbrados a pagar $500 o $700, pero a meritaba el costo bajo del agua, así que con Karen fuimos a comprar varias bolsas y empezó la guerra de agua, fue reconfortante sentir esas gotas en la piel, fue lo único que pudo calmar el desespero y volver un poco a la normalidad. Ahí comprobé que no podría volver a vivir en un lugar de clima caliente. ¡Jamás!
De ida, de permanencia y de vuelta fueron buenos momentos, lo que se lleva como profesional y como persona es grande, es valioso y servirá bastante para otros viajes y otros momentos.







Evelyn Salcedo Maldonado
Estudiante de Comunicación social
esalcedo@uniboyaca.edu.co


















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